Es fácil pensar en el futuro, difícil mirar al pasado y lo más bonito del mundo es estar a tu lado...

jueves, 13 de diciembre de 2012

Milagro: La campesina


Cuenta una leyenda, que en un lugar desconocido        había un gran castillo.
Dicho castillo, era gobernado por un rey            muy honesto y compasivo
Este gran hombre, había dado cobijo             a una dama de boca preciosa y gran labio
De tez blanca y gran cuerpo                    que la buena naturaleza le había otorgado.

Una noche, la hermosa muchacha                 salió de sus aposentos y se dirigió al pueblo.
Donde era ultrajada por un hombre,           siempre el mismo muchacho
Ella volvía al castillo avergonzada              pues no era de su agrado
Pero debía hacerlo, pues,                aunque el rey era amable, también era avaro.

La pobre muchacha, arrepentida,        se iba a su cuarto y lloraba diciendo:            
“Perdóname Señora mía,            te ruego que me perdones, pues he pecado”
Después, entre sollozos,           se metía en su cama y se suspendía en un sueño profundo.

Una mañana, el rey yació                   muerto en su pieza.
Todos tenían cuartada                   menos la pobre desposada.
Sin pruebas algunas                           de que ella fuera la asesina
Fue apresada                          y la llevaron hasta la guillotina.

La ataron de manos y pies           y esperaron a que terminara el decapito
Pero, cuando la cuchilla iba a caer         sobre el precioso cuello de la joven, esta partió.
Se rompió en mil pedazos            dejando a todo el pueblo perplejo.

Del cielo, bajó la Virgen,                con gran hermosura.
Todo el pueblo se arrodillo                ante semejante locura.
La Virgen, con una sonrisa,             desató a la joven y la contemplo con ventura.

La campesina estaba agradecida,      era inocente y otra oportunidad merecía.
Había pecado  la muchacha                pero siempre perdón pedía.
La Virgen le besó  la frente               y se alejó desvaneciéndose en la gloria.
Y así concluye el milagro                   con gran euforia. 

martes, 11 de diciembre de 2012

Un día, una tarde como otra cualquiera, estas sentada en la silla en frente del ordenador. Ves su perfil, sus fotos, sus estados, todo. Y piensas: Y si lo pierdo? Que pasaría después? Y esas preguntas te las haces una y otra vez, te rallas pero, por que? Porque lo quieres, no solo lo quieres, lo amas. Y sabes perfectamente que nunca podrías estar sin él, que nada sería igual sin sus palabras, sin sus besos, sin sus caricias. El misero echo de pensar esto hace que te invada un escalofrío, tienes frío y una pequeña lágrima te invade. Te gustaría tanto estar con él ahora, que te abrazara y te dijera que todo va a ir bien, sentir su calor y su olor a él que tanto necesitas ahora, te encanta.
Pero entonces piensas: ya basta! Se acabo, no voy a pensar más en eso, me lo ha dicho, me lo ha jurado, me ha jurado un eterno y eso quiero yo también, no te importa nada más que él. Él y su sonrisa, que sea feliz, que el motivo de su sonrisa seas tú, de su risa. Amarlo y demostrárselo todos los días de tu vida. 
Recuerdas aquella historia que le contaste de cuando eras pequeña, la de los periquitos: 'Cuando era pequeña tenía una pareja de periquitos. Un día la periquita se escapó (o eso me dijo mi madre, aunque ahora sé que murió). El periquito, el primer día dejo de cantar, al segundo dejó de comer y al tercero murió de pena. Los periquitos nacen para estar juntos. Yo he nacido para estar contigo'.

sábado, 3 de noviembre de 2012

La experiencia

Quizás sea verdad eso que dicen de que tu pasado crea tu presente.
Es obvio que no soy la misma persona que hace cuatro años, ni si quiera, la misma de hace uno. Ni unos meses. Pienso que las cosas pasan por un motivo. El destino es así de cabrón supongo. Pero hay algo en esta vida que es capaz de cambiar al destino: tú. Si quieres estudiar: estudia. Si quieres trabajar: trabaja. Lucha. Porque la vida, el destino en sí, es capaz de recompensarte al final del camino lleno de piedras. Esas piedras, a lo largo del tiempo, se irán haciendo más y más pequeñas a cada paso que des. Habrás superado a lo largo de tu vida, poco a poco, problemas de mayor o menor importancia. Y la experiencia, será tu compañero de viaje. 
Quizás tampoco sea la vida que conspire contra nosotros, aunque a veces lo parezca. 
Dicen que de que todo se aprende. Y en eso estoy. 


viernes, 12 de octubre de 2012

Ese fin de semana

Como cada mañana, esas caricias hicieron que me despertara. Esas caricias en las mejillas, que bajaban sigilosamente hasta los labios, rozándolos suavemente en la penumbra de la habitación. La poca luz que entraba por la ventana, también fueron consecuencia de que me despertara. Sus manos fuertes y seguras  bajaban por mi tez blanca y firme como el marfil, dejándose llevar por mi cuerpo recién despertado. Bajaban por mi cuello frío haciéndome cosquillas y se paraban en mi pecho, masageándolo muy despacio, haciendo que me relajara y sintiera un escalofrío. Esos ojos azules podía divisarlos aunque el cuarto estuviera totalmente a oscuras; y sus labios se encontraban con los míos aunque se hallaran en otra habitación de la casa, donde habíamos pasado ese extraordinario fin de semana: la chimenea, las caricias, los besos... y el majestuoso roce de nuestra piel dieron consecuencia a que la temperatura subiera sin darnos cuenta, llegando al deseo, de un amor prohibido...

 

jueves, 11 de octubre de 2012

Una gran persona

Guillermo era un hombre, bueno... era a veces hombre, a veces niño, pero me gustaba por eso. Porque aunque, era mucho mayor que yo, siempre era capaz de sacarme una sonrisa, eran raras las veces que discutíamos y teníamos muchas cosas en común. Pero la diferencia de edad y la distancia, nos mataba a ambos. Aun nos mata día a día. Me siento vacía cuando no hablo con él. Y hay muchísimas cosas que me recuerdan a ese ser maravilloso: los chicles (dice que siempre huele a frutas porque es un viciado a esa goma masticable). Sus ojos azules hacen que me pierda en un mar lleno de experiencia, sabiduría y tranquilidad. Sus palabras de cariño, amor y aprecio, hacen que me sienta querida. Y me encanta. No es fácil, estar lejos de esta dicha persona tan especial, pero me aguanto, cae una lágrima y sonrío, porque, aunque no es mucho, sigo teniendo el privilegio de hablar con él. De disfrutar de esas pequeñas cosas que parecen insignificantes pero que para mi valen más que mil palabras (sus puntos suspensivos). Como bien me dijiste una vez: No dejes para mañana... lo que puedes soulucionar hoy

 

domingo, 7 de octubre de 2012

El agua

Agua clara
que corre por mis mejillas.
Al verlo con otra,
mi corazón de descoloca.

Me limpio las lágrimas
lo antes posible.
Al ver que se acerca
de manera increíble.

Lo quiero,
se me nota.
Pero las lágrimas vuelven
al saber que está con otra.

El agua corre por mis venas
como la cera en las velas.
Extraño esas noches de tormenta
en las que abrazabas con fuerza.

Añoro esas tardes lluviosas
cuando nos escapábamos para estar a solas.
Echo de menos tu sonrisa
que me hipnotiza.

Tus ojos ojos azules
en los que solo veía amor y ternura.
Aunque parezca mentira
te sigo queriendo con locura.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Una vida...

Te elegí a ti... porque eres la persona que me hace feliz, eres la persona que tengo en mente siempre. Por la cual me arriesgué a decirte todo lo que sentía y no me importó nada de nada. Eres tú la persona que me deja pensando cosas todo el día, siempre me pregunto qué estás haciendo, donde estarás...
Eres tú la persona por la que me muero de celos si te miran o te dicen cosas. La persona por la que seguiría a pesar de todo, eres tú. No me importa nada, ni nadie, que no seas tú. No te cambiaría por nada. Hasta te puedo decir, que si volviera a nacer, volvería a enamorarme de ti. A veces intento imaginarme momentos maravillosos que aun no hallamos vivido juntos, pero no quiero estropear la sorpresa; entonces, intento pensar en otra cosa, pero como siempre, no lo consigo; y cuando llega ese momento, me doy cuenta de que es mejor de lo que había imaginado.
Solo quiero una cosa, una cosa que solo me puedes dar tú: una vida contigo. Quiero levantarme cada mañana y ver tu carita nada más abrir los ojos, quiero que me llames todos los días, que te preocupes por mi, aunque siempre te preocupas; quiero que me preguntes, que me llames princesa, que me encanta. Quiero que me abraces, que me beses, que te pongas celoso de otros chicos, aunque solo me esten preguntando la hora. Quiero tenerte cerca, que intentes hacerme reír, que te mueras por verme todos los días, al igual que muero yo. Quiero que no llegues tarde, que no dejes de lado a tus amigos por mi, que me digas "te amo" cuando lo sientas. Quiero vivir un sueño, nuestro sueño...